La empresa española busca mitigar la intermitencia de una tecnología que está llamada a liderar y augura un bum de proyectos de almacenamiento en los próximos años.
La compañía española de renovables Grenergy pondrá en marcha en el desierto de Atacama (Chile) el mayor proyecto de almacenamiento electricidad del mundo. La batería, cuya construcción se segmentará en cinco fases y que debería estar plenamente operativa en 2026, tendrá una capacidad de 4,1 gigavatios hora (GWh), 1,1 más que la que le va a la zaga, en California. La inversión rondará los 1.400 millones de dólares (casi 1.300 millones de euros al cambio actual), según ha desvelado este martes la empresa en su primer día del inversor.
Chile es, tras España, el segundo mercado más importante para Grenergy. La empresa que dirige —y que fundó— David Ruiz de Andrés, que cotiza en el mercado continuo de la Bolsa de Madrid desde hace cuatro años y que está valorada en algo más de 800 millones de euros, desembarcó en el país sudamericano hace algo más de una década. “Es una superpotencia para el desarrollo del almacenamiento energético. Tiene el mejor recurso solar del mundo, y Oasis de Atacama [el nombre que recibe el macroproyecto de almacenamiento, que acompañará a una gran planta de fotovoltaica] es, por mucho, el mayor que ha acometido nunca la compañía”, ha enfatizado el ejecutivo en un encuentro con medios de comunicación celebrado en Madrid.
Las baterías, ha afirmado Ruiz de Andrés, van a protagonizar el “gran cambio” en el mundo de la energía en los próximos años: “Si la fotovoltaica ha sido el verdadero milagro energético, porque nunca ha existido, ni de lejos, una energía tan competitiva, el almacenamiento es la mejor manera solucionar la intermitencia de las renovables y facilitar una implantación más masiva de las tecnologías limpias de generación”.
La introducción masiva de las baterías, ha enfatizado el consejero delegado de Grenergy —y dueño de más de la mitad de la empresa—, permitirá “poder entregar la energía limpia no solo cuando hay sol, sino también en las horas punta”, en referencia a los primeros compases de la mañana y la caída de la tarde, cuando el consumo crece con fuerza y obliga a encender plantas de gas natural, que emiten CO₂ y encarecen la factura de la luz.
“Explosión” del almacenamiento en todo el mundo
El almacenamiento, además, abre la puerta a la firma de contratos de suministro energía limpia a empresas no solo en las horas en las que hay sol o viento, sino también en el resto. “Hasta ahora solo podíamos vender energía cuando había recurso; ahora vamos a tener una herramienta para competir de tú a tú con los productores térmicos [los que generan con gas y/o carbón]. Vamos a ver una explosión de las baterías en todo el mundo”, ha augurado Ruiz de Andrés.
Grenergy nació en 2007, en plena era de las primas a las renovables. El fin de aquellos incentivos para la instalación de paneles solares y aerogeneradores les llevó a “buscarse la vida fuera”, poniendo las miras en Chile, donde ya se ha convertido en “líder en energías verdes”. Su crecimiento en los últimos años ha sido exponencial: si en 2015, cuando empezó a cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB, para empresas pequeñas) tenía solo 20 empleados, hoy ya son cerca de 500. La mayoría de ellos, en España.
De los 15,5 GW de renovables que tiene en cartera, el objetivo de la compañía es contar ya con cinco en operación en 2026, 1,5 más de lo que preveían hace un año. En el caso del almacenamiento, el salto es aún mayor: aspira a alcanzar los 4,1GWh, frente a los tres que proyectaba hace 12 meses.
La compañía que dirige Ruiz de Andrés cuenta con 15,5 gigavatios (GW) de energía fotovoltaica en desarrollo, aunque todavía no llega a uno en operación. Su forma de operación es, sobre todo, con contratos de suministro de electricidad a largo plazo (conocidos como PPA, por sus siglas en inglés), a través de los que canaliza el 80% de la energía que genera. Además de en España y en Chile, también tiene presencia en Estados Unidos, Colombia, Perú y en México, y está dando sus primeros pasos en grandes países europeos como Italia, Alemania, Polonia o el Reino Unido, entre otros.
Fuente: El Pais