Chile atraviesa uno de los inviernos más secos en cuatro décadas. Según datos del sector, la generación hidroeléctrica a embalse ha caído un 52% en comparación con 2024. A esto se suma la menor disponibilidad de gas natural desde Argentina, debido al aumento de la demanda interna tras un invierno excepcionalmente frío. “Estamos en un año con una hidrología de altísima excedencia: el 92% de los años anteriores han sido más húmedos que este”, explicó Ana Lía Rojas, directora ejecutiva de ACERA.
Triplicado el uso de diésel en solo siete meses
En este escenario, el uso de diésel para generación eléctrica se ha disparado. Solo entre enero y julio se han generado 360 GWh a base de diésel, triplicando lo registrado en todo 2024. Esta fuente, además de ser costosa y contaminante, pone presión sobre la sostenibilidad del sistema.
“El diésel no solo es caro, también es inseguro y ambientalmente ineficiente. Nadie quiere usarlo, pero hoy es la válvula de ajuste”, sostuvo Rojas.
Mientras aumenta el uso de combustibles fósiles, el sistema continúa con vertimientos masivos de energías renovables: en 2024 se perdieron más de 6.000 GWh por restricciones en transmisión o inflexibilidades térmicas. “Tenemos energía limpia que no puede ingresar al sistema por falta de infraestructura y normas adecuadas. Eso es ineficiencia estructural”, advirtió la vocera gremial.
Almacenamiento: la herramienta estratégica
Un aspecto positivo es el avance de los sistemas de almacenamiento. Actualmente, existen 1 GW de capacidad operativa en baterías, con proyecciones que alcanzan los 5,5 GW al 2026, en su mayoría integrados a proyectos solares. “El almacenamiento es la navaja suiza del sistema eléctrico: permite desplazar energía, dar flexibilidad y mejorar la respuesta ante contingencias”, señaló Rojas. No obstante, advirtió que aún falta definir aspectos regulatorios clave, como el Reglamento 125, que norma su operación y remuneración.
La transmisión eléctrica continúa siendo una limitante para integrar energías renovables en todo el país. Problemas de planificación, retrasos en permisos sectoriales y dificultades interregionales dificultan la expansión de redes. “Un proyecto de transmisión atraviesa múltiples regiones y actores. Eso multiplica la complejidad y retrasa soluciones urgentes para el sistema”, indicó. Recordó además que eventos como el apagón del 25-F evidenciaron la fragilidad operativa en ciertas zonas.
Escenarios futuros: lluvias, reservas y coordinación política
De no mejorar las condiciones hidrológicas en las próximas semanas, podrían generarse nuevas tensiones hacia fin de año, especialmente si los deshielos son bajos. “Tenemos que prepararnos para un verano con poca agua. La transición de gobiernos no puede dejar sin coordinación a un sector tan crítico”, advirtió. Recordó que en 2022 se activó un decreto preventivo de racionamiento que permitió anticiparse a escenarios de estrés. “No estamos aún en esa situación, pero debemos tener las herramientas listas”.
“El sistema eléctrico representa solo el 22% de la matriz energética nacional. No basta con seguir aumentando renovables, necesitamos reemplazar el 64% de consumo fósil que aún importamos año a año”, concluyó Rojas. Solo en 2024, Chile destinó más de US$15.000 millones en importaciones de combustibles.
Finalmente, desde ACERA reiteraron la necesidad de avanzar en una electrificación profunda, que abarque no solo el sector eléctrico, sino también transporte e industria, donde aún predomina el uso directo de combustibles fósiles.
Fuente: Reporte Minero