- La nueva integrante del directorio de Fundación Chile llega a sumarse al desafío de Fundación Chile, que es fortalecer el ecosistema minero e impulsar a proveedores de clase mundial.
- Científica y emprendedora tecnológica, la antofagastina tiene tres empresas a su haber, todas ellas enfocadas a resolver los dolores de la industria minera a través de la innovación.
- Convencida de que las mujeres aportan asertividad a las empresas, fundó Women Board Up, asociación dedicada a relevar el rol del género femenino en los directorios.
Como una fiel representante de los proveedores que el ecosistema minero promueve y admira. Como una antofagastina y emprendedora tecnológica que ha dedicado sus energías y su conocimiento para inyectar innovación y sostenibilidad a este sector productivo clave para Chile. A fin de cuentas, como una buena representante de la Minería del Futuro.
Así ha sido descrita Pamela Chávez en algunos de los círculos de la industria minera verde, una que proyecta sus actividades y su negocio anteponiendo la sostenibilidad, firmemente apoyada en la innovación y la tecnología.
En 2022, por estas mismas razones, Pamela Chávez recibía el “Premio Minnovex a la Creación de Valor en la Industria Minera Fernando Riveri” de las manos de Mauro Valdés, presidente de Minnovex, una organización de proveedores mineros con foco en innovación y conocimiento. Era la primera vez que el galardón se le entregaba a una mujer.
Ingeniera acuícola de la Universidad de Antofagasta, máster en Microbiología Acuática, doctora en Microbiología Molecular y Biotecnología de la Universidad de Kyoto, post doctora de la Universidad de Hawaii at Manoa, Pamela Chávez ha impulsado tres Empresas de Base Científica Tecnológica (EBCT) —Biotecnología Antofagasta, Aguamarina y Domolif— y en septiembre pasado pasó a formar parte del directorio de Fundación Chile.
Desde ahí, la científica con más de 20 patentes a su haber y dos premios Avonni, espera jugar un rol en la estrategia de programas y de acciones para fortalecer el ecosistema de innovación en minería, para que Chile llegue a tener proveedores de clase mundial, con la capacidad de enfrentar los desafíos que hay a nivel local. “Vienen muchas transformaciones en este sector. Por un lado, tenemos una crisis ambiental y, por otro, nuevos desafíos con la aparición de una nueva industria como la del litio. En ello, Fundación Chile debe ser un actor fundamental y tender los puentes que permitan tener las capacidades que requiere ese desarrollo”, afirma la actual CEO de Domolif, empresa biotecnológica enfocada en crear nuevas tecnologías para la industria minera, con foco en la sostenibilidad y la economía circular, en las áreas del control de sílice, corrosión, relaves mineros, estudios de biodiversidad y metagenómica.
Gran parte de la experiencia alcanzada por Chávez en el mundo de la minería se lo debe a Aguamarina, la que fundó en 2007 con el fin de combinar la I+D con Minería y que, al poco andar, alcanzó una importante notoriedad en el rubro minero por responder a problemáticas de la industria a través de biolixiviación, biocorrosión y estabilización de tranques de relaves y laderas. El mérito de Chávez no fue menor con esta empresa, al ser el primer proveedor de ese sector productivo en levantar un fondo en Silicon Valley para ser invertido en Chile.
Al fundar Aguamarina, abandonó su trabajo como académica en la Universidad de Antofagasta. Fue ahí donde había incubado la idea de crear una startup de base científico-tecnológica, con un fuerte arraigo territorial y que pusiera al centro los problemas de los clientes para buscar una solución diferente desde la biotecnología.
Esa motivación la unió luego a su capacidad para levantar fondos. “Mi camino de emprendimiento siempre fue acompañado por socios y fondos de inversión. Pasamos por todos los procesos de levantamiento de capital”, cuenta Pamela Chávez, quien reconoce en esa experiencia una oportunidad para desarrollar otro músculo, el de incorporar un servicio de consultoría de aceleración a otras Empresas de Base Científica Tecnológica (EBCT).
Evolución del ecosistema minero
Mientras Pamela Chávez avanzaba en su camino emprendedor, también lo hacía el ecosistema de innovación minera, que abría nuevas oportunidades a un buen ritmo: “Durante estos 16 años de camino recorrido, me tocó ver una evolución del mercado también. De una minería que no invertía nada en I+D, pasamos a una que ahora sabe que necesita innovación y, por eso, hay muchos programas, fondos de inversión y aceleradoras”, sostiene.
Sin embargo, relata que fue una ruta con muchos obstáculos a superar. “Viví dos crisis mineras, la del 2009 y la del 2015, y las compañías te avisaban que te iban a pagar de 90 hasta 120 días, y eso para una empresa chica, que depende de un solo cliente, fue fatal y muchas empresas quebraron”, recuerda.
Pero la empresaria explica que el escenario fue cambiando positivamente para los proveedores del rubro. “Curiosamente, antes también existían programas de startups para la innovación en minería, pero ninguno te llevaba a tener un contrato con una compañía. Sin contrato y sin poder cerrar una venta, se hacía súper cuesta arriba. Pero el ecosistema cambió bastante en una década y hoy día es muy atractivo poder emprender en minería”, comenta.
Afirma que el mérito de sus emprendimientos fue enfrentar problemas de la minería que se mantenían sin una real solución. “Nos metimos en los grandes dolores de la industria, pero siempre desde la mirada de la biotecnología, que es una visión mucho más orgánica, más sostenible, con ahorro de recurso hídrico y sin daño al medio ambiente”.
Así fue como desarrolló productos y servicios para biocorrosión, biolixiviación, biorremediación, control de material particulado y tratamiento de aguas.
Crisis ambiental de por medio, destaca que ése fue el otro gran cambio en la industria minera, en la que temas como el agua no estaban en el foco de preocupación. “Hubo que buscar la forma de convencer para que el agua estuviera en los objetivos estratégicos del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), donde yo participaba”, advierte. Y fue desde el CNID donde se generó la primera vinculación con Fundación Chile. “En ese Consejo se decidió crear Alta Ley y Valor Minero, y se hizo la bajada a la Fundación Chile para que se encargara de su ejecución. Participé en todas las reuniones para estructurar los ejes estratégicos que iba a tener Alta Ley, uno de los cuales era el tema de los relaves”.
Larga relación con Fundación Chile
Convencida de que las mujeres cumplen un rol al mando de las empresas y también dirigiéndolas, junto a Nancy Pérez, Varinka Farren y Carolina Sepúlveda, Pamela Chávez fundó Women Board Up en marzo de 2022, una asociación cuyo fin es aumentar la participación de las mujeres en los directorios de las compañías.
“Las mujeres traen algo especial a la mesa en la toma de decisiones, en la mirada de precaución y en aspectos emocionales; algo que las hace más inteligentes. Y no lo digo yo, lo afirman estudios de Harvard Business Review. (…) Si quieres cambiar una industria, tienes que cambiar los directorios”, asegura Chávez y agrega que en Women Board Up pusieron el foco en las EBCT, dado que son empresas que van a crecer rápido, que necesitan inteligencia diversa, y en las que considera que muchas mujeres tienen la capacidad de impulsarlas.
Con esa convicción llega a Fundación Chile (FCh), donde también participó en la creación del programa Expande, en 2015. Como parte del directorio, afirma que espera “jugar un rol en poner foco en el emprendedor tecnológico, para que llegue a ser de clase mundial y con un gran foco en resolver grandes dolores de la industria. En ello Expande debería jugar un rol mucho más desde el emprendedor y colocación de tecnología, que como divulgador de los problemas de la industria”.
Sostiene que la I+D debe ser la base de esa transformación, pues según afirma, está claro que no se puede seguir haciendo minería en forma tradicional. “Hoy ya estamos en otro escenario, bien catastrófico desde el punto de vista ambiental (…) Como humanidad, estamos viviendo un proceso de extinción, en el que dos tercios de la biodiversidad del planeta ya desapareció. Entonces, en ecosistemas vulnerables como son los salares, no es llegar y eliminar toda la genómica y la fauna que hay ahí”, alerta Chávez.
Para ese desarrollo, opina que “hay que preguntarse si vamos a hacer el litio igual que el cobre, o vamos a poner una vara de tecnología alta, que sea mucho más sostenible y acorde a los desafíos actuales”.
Desde Fundación Chile, entidad que ha impulsado el desarrollo de sectores productivos fundamentales para el país, “tenemos que hacer cuajar de verdad la transferencia tecnológica y para cuatro industrias que hoy son claves: desaladoras, energía, litio y cobre”, finaliza la nueva integrante del directorio.
Fuente: Fch