Minería de cielo abierto: Base de nuestro crecimiento productivo

La minería de cielo abierto, también conocido como de superficie, representa parte relevante de la matriz productiva nacional.

Retos

En los últimos años, la minería ha transformado sus procesos, incorporando nuevas tecnologías con el fin de avanzar hacia una industria más eficiente y responsable en el uso de recursos.

Para Reinaldo Salazar, gerente de Estudios de Sonami, uno de los principales desafíos es la reducción de emisión de Gases de Efecto Invernadero proveniente del consumo de combustibles fósiles. “Los camiones CAEX -que transportan el mineral recuperado- utilizan diésel para recorrer grandes distancias, debido a la profundidad que han alcanzado los yacimientos, incrementando su consumo energético. Ante este escenario, hoy las empresas están desarrollando iniciativas para transformar el acarreo de mineral en faenas, como, por ejemplo, el uso de trolleys, que podrían disminuir en un 30% las emisiones de gases actuales”, explicó.

Avance operacional

Reinaldo Salazar comentó que la minería a cielo abierto “representa una parte significativa de la producción de cobre del país, pues más del 80% proviene de dicho método de explotación. Sin embargo, se ha estado viendo una tendencia de las empresas mineras de extender la vida útil de sus operaciones a minería subterránea, ante una mayor viabilidad técnica y económica”.

Mencionó que, según el informe de inversiones mineras de Cochilco, para el período 2024-2033 se prevé una cartera de 51 proyectos, con una inversión estimada de US$83.181 millones. Más de 20 de estos proyectos están enfocados en el desarrollo, expansión o modernización de yacimientos a rajo abierto, destacando iniciativas como Los Bronces Integrado (Anglo American), Extensión Radomiro Tomic (Codelco), y Expansión Collahuasi (Anglo American – Glencore).

Incremento minero

Profundizando en lo referido a la proyección de producción de cobre fino, según el método de explotación, Sergio Verdugo, analista de Cochilco, explicó que ésta experimentará un aumento inicial entre 2024 y 2025, impulsado por proyectos clave como Chuquicamata subterránea, el Plan de Desarrollo El Teniente (que incluye Andes Norte, Andesita y Diamante) y Los Bronces Integrado. Estas iniciativas llevarán a un incremento en la producción, especialmente en la minería subterránea, que pasará de 0,68 millones de toneladas de cobre fino en 2024 a un máximo de 0,9 millones de toneladas en 2028. Posteriormente, entre 2028 y 2034, la producción subterránea se estabilizará en torno a las 0,85 millones de toneladas anuales.

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Fuente: Mch