La iniciativa, que conectará Antofagasta y Santiago, tendrá una capacidad de hasta 3000 MW y se espera que entre en operación el 2029.
La empresa Conexión Kimal-Lo Aguirre ingresó al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Línea de Transmisión HVDC Kimal – Lo Aguirre, con una inversión estimada de US$1.480 millones.
La Línea de Transmisión Kimal – Lo Aguirre -que conectará Antofagasta y Santiago– es una obra licitada por el Coordinador Eléctrico Nacional para una capacidad de hasta 3000 MW de energía.
Considera una extensión de 1.342 Km, con 2.686 torres, y la construcción de dos subestaciones convertidoras HVAC/HVDC de 1500 MW en Kimal. Las que estarán ubicadas en la comuna de María Elena Región de Antofagasta, y Lo Aguirre, comuna de Pudahuel Región Metropolitana, ambas conectadas a las subestaciones existentes, formando parte del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) junto a todo el equipamiento e instalaciones necesarias para su correcto funcionamiento.
El proyecto contribuirá a elevar el nivel de seguridad y confiabilidad del sistema eléctrico nacional y la integración de los desarrollos de generación renovables ubicados en la zona norte del país. Se espera que el proyecto entre en operación el año 2029, siendo el primero en corriente continua que se desarrolla en Chile.
El trazado de la línea de transmisión se emplaza en las comunas de María Elena, Sierra Gorda, Antofagasta, Taltal, Diego de Almagro, Copiapó, Tierra Amarilla, Vallenar, La Higuera, La Serena, Vicuña, Andacollo, Río Hurtado, Ovalle, Punitaqui, Combarbalá, Canela, Illapel, Los Vilos, Petorca, Cabildo, La Ligua, Catemu, Panquehue, Llay Llay, Tiltil, Lampa y Pudahuel.
La tecnología de corriente continua (HVDC) será uno de los íconos de este proyecto. Si bien esta tecnología es nueva en Chile, ya ha sido muy utilizada en países como Brasil, Estados Unidos, Canadá, Noruega, Suecia y China, que cuentan con una gran extensión geográfica y focos puntuales de fuentes renovables – como Chile- y por lo tanto requieren líneas de gran longitud que a la vez permitan un sistema de transmisión robusto, eficiente y resiliente.
Entre las ventajas de esta tecnología destaca el uso de menos infraestructura, menos circuitos y menos cables, generando un menor impacto en el territorio ya que no necesita subestaciones intermedias y requiere una menor franja de seguridad.