La urgencia de garantizar seguridad hídrica en Chile

Chile enfrenta una crisis hídrica estructural que ya suma 15 años consecutivos de sequía, con apenas dos temporadas lluviosas recientes que, aunque positivas, no alcanzan para revertir el daño acumulado. Así lo explicó Alberto Kresse, presidente de la Asociación Chilena de Desalinización y Reúso (ACADES), en conversación con Reporte Minero y Energético. “Nos acostumbramos a la falta de lluvias, pero los estudios apuntan a que la disponibilidad de agua en el país ya no volverá a los niveles del siglo XX”, señaló.

“Necesitamos nuevas fuentes que garanticen disponibilidad constante de agua, y la desalación cumple ese rol”, indicó Kresse. Actualmente, existen 24 plantas desaladoras de agua de mar operativas en Chile, de las cuales un 85% está vinculada a la minería. Además, ciudades como Antofagasta, Caldera o Mejillones ya se abastecen completamente con agua proveniente del mar, lo que demuestra el potencial de esta tecnología más allá del sector productivo.

Una política de Estado ausente

Pese a estos avances, el desarrollo de infraestructura hídrica enfrenta múltiples obstáculos. “Nos estamos demorando entre 8 y 13 años en concretar un proyecto de desalación desde la inversión inicial hasta su operación”, alertó el presidente de ACADES. El principal problema, asegura, radica en la falta de sentido de urgencia y en la tramitación excesiva, tanto a nivel ambiental como sectorial.

Desde la asociación han elaborado propuestas que buscan posicionar este tema como prioridad en los programas de gobierno, sin embargo, Kresse reconoce que aún no logran captar la atención necesaria. “Sin seguridad hídrica no hay crecimiento, y eso no parece estar en el radar político actual”, enfatizó.

La minería ha sido pionera en esta materia, duplicando su uso de agua de mar proyectado hacia 2034 y reduciendo la presión sobre fuentes continentales. Este esfuerzo, según Kresse, debería ser replicado por otros sectores productivos y por el país en su conjunto. “La minería seguirá operando llueva o no llueva. Chile también debería aspirar a lo mismo”, planteó.

Desalación multipropósito y transporte público-privado

Una de las soluciones con mayor potencial son las plantas desaladoras multipropósito, que permiten abastecer simultáneamente a la industria, comunidades y sectores agrícolas, reduciendo costos mediante economías de escala. Proyectos como Aguas Pacífico ya incorporan este modelo, aunque aún enfrentan barreras normativas y logísticas.

Kresse propone avanzar hacia redes de transporte integradas de agua, similares al sistema eléctrico interconectado, donde el Estado tenga un rol activo en la conducción desde las plantas hacia el interior. “Separar la producción del transporte es clave para viabilizar nuevas inversiones”, concluyó.

Fuente: Reporte Minero