El precio del cobre ha registrado un repunte en las últimas semanas, impulsado por la combinación de tensiones internacionales y señales de menor oferta. Sin embargo, esta alza no está libre de riesgos: la incertidumbre global y las amenazas arancelarias desde EE.UU. están generando una mayor volatilidad en el mercado.
Aranceles pendientes en EE.UU.
Uno de los focos de preocupación es el posible establecimiento de nuevos aranceles al cobre por parte del gobierno estadounidense. Según explicó Juan Cristóbal Ciudad, “hay una orden ejecutiva que inició una investigación que concluye en noviembre, pero ya se esperaba una definición durante este segundo trimestre”. La incertidumbre ha llevado a importadores estadounidenses a adelantar compras, impactando en la cotización.
Ciudad fue enfático: “No se puede desligar el conflicto en Medio Oriente del conflicto comercial entre China y Estados Unidos”. La eventual aplicación de barreras comerciales al cobre de ciertos orígenes podría reconfigurar el flujo global del mineral, afectando a países exportadores como Chile.
Oferta restringida y eventos climáticos
A lo anterior se suman eventos que han afectado la oferta global de cobre, como terremotos en zonas mineras de África y paradas técnicas inesperadas. Estos factores refuerzan el desequilibrio entre oferta y demanda, presionando aún más los precios internacionales.
Aunque la demanda global de cobre sigue proyectando un crecimiento sostenido en torno al 2,5% anual, el analista advierte que una escalada mayor del conflicto o nuevas medidas proteccionistas podrían frenar el impulso. Esto representa una amenaza no menor para la industria chilena, que depende fuertemente de las exportaciones.
¿Espacio para amortiguar?
Pese al panorama desafiante, Ciudad sostiene que la industria aún mantiene márgenes sanos, gracias a precios altos y a una recuperación de los volúmenes de producción. “Pero hay que estar atentos, porque la volatilidad puede afectar decisiones de inversión y confianza en el mercado”, indicó.
Ante este escenario, el llamado es claro: Chile debe reforzar su estrategia comercial, explorar nuevos mercados y diversificar su matriz productiva para enfrentar un mercado global más incierto. La diplomacia minera y comercial será clave en un contexto donde geopolítica y minería están más conectadas que nunca.
Fuente: Reporte Minero