Para el sector minero, esto significa navegar en un ambiente incierto, buscando oportunidades de colaboración y desarrollo a pesar de las turbulencias políticas.
En el contexto político y económico actual de Argentina, la Secretaría de Minería, Flavia Royón, se encuentra en el ojo del huracán tras el reciente fracaso en el tratamiento de la llamada “Ley Ómnibus”. La situación se ha complicado aún más por la serie de acusaciones lanzadas por el presidente Javier Milei contra varios gobernadores y legisladores nacionales, a quienes tildó de “traidores” y “enemigos de una mejor Argentina”.
La discordia se intensificó tras las declaraciones del presidente Milei en redes sociales, particularmente contra el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz. Esta confrontación ha puesto en jaque la estabilidad de varios funcionarios nacionales, incluida Flavia Royón, quien se desempeña en un papel clave dentro del gobierno libertario. La oposición de los mandatarios de la Mesa del Litio (Salta, Jujuy y Catamarca) a través de sus legisladores ha exacerbado la tensión, sugiriendo una posible reestructuración en el gabinete nacional por la percepción de “alta traición”.
La posición de Flavia Royón, aún marcada por su apoyo anterior a Sergio Massa, se ve ahora comprometida. La negativa unificada de los legisladores salteños a la ley propuesta por el presidente plantea interrogantes sobre el futuro político de Royón y su capacidad para mediar en proyectos mineros cruciales. Con un presidente impaciente y una clara división entre “amigos o traidores”, la capacidad de colaboración dentro del gobierno y con el sector minero está en duda.
La situación actual plantea serios desafíos para el sector minero argentino. La necesidad de apoyo coordinado entre la Secretaría de Minería, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la AFIP y el Ministerio de Economía es más crítica que nunca. Sin embargo, la polarización política y los recientes conflictos podrían obstaculizar significativamente la implementación de proyectos mineros esenciales para el desarrollo económico del país transandino.