La reciente tregua comercial entre Estados Unidos y China alcanzada en Londres dejó fuera uno de los temas más críticos para ambos países: las restricciones a la exportación de minerales estratégicos y tecnología avanzada, según informaron a Reuters dos fuentes con conocimiento directo de las conversaciones.
Si bien China accedió a acelerar los permisos de exportación para ciertos fabricantes estadounidenses no vinculados al sector militar, no ofreció concesiones sobre los imanes de tierras raras especializados utilizados en aviones de combate y sistemas de misiles estadounidenses. A su vez, Washington mantuvo sus restricciones a la exportación de chips de inteligencia artificial de última generación, argumentando preocupaciones de seguridad nacional.
Acuerdo entre ambas naciones
Durante las conversaciones, las autoridades chinas habrían sugerido que el levantamiento de las restricciones a exportaciones militares podría depender de la disposición de EE.UU. a flexibilizar sus controles sobre chips de IA, marcando un giro en las negociaciones, que originalmente abordaban el tráfico de opioides, los aranceles y el superávit comercial chino.
A esto se suma que, según las mismas fuentes, Estados Unidos evalúa extender por 90 días adicionales los aranceles vigentes a las importaciones chinas, más allá del plazo del 10 de agosto fijado en el acuerdo previo de Ginebra. Esto refuerza la percepción de que un acuerdo comercial más amplio aún está lejos de concretarse.
Pese a que el expresidente Donald Trump calificó el pacto alcanzado en Londres como “un gran acuerdo”, el hecho de que no incluya concesiones sobre minerales críticos utilizados en sistemas de defensa pone en evidencia los puntos de fricción. China mantiene un dominio casi total en la producción y refinación de tierras raras, lo que le otorga una fuerte ventaja estratégica.
Como parte del acuerdo parcial, el Ministerio de Comercio chino confirmó que ha aprobado ciertas solicitudes de exportación, mientras que la productora JL MAG Rare-Earth anunció que obtuvo permisos para exportar a Estados Unidos. Sin embargo, estos permisos solo se aplican a fabricantes civiles y tienen una vigencia de seis meses. Pekín también propuso establecer un “canal verde” para agilizar los trámites de empresas estadounidenses de confianza.
“China tiene la sartén por el mango con las tierras raras»
Pero los materiales críticos para uso militar, como el samario, siguen fuera del mecanismo de aprobación acelerada. Mientras tanto, fabricantes de autos y otros sectores industriales utilizan mayoritariamente otros elementos como disprosio y terbio.
La reunión en Londres fue convocada tras una llamada entre Trump y el presidente Xi Jinping, donde ambos líderes acordaron mantener aranceles del 55% desde Estados Unidos y del 10% desde China. Sin embargo, analistas chinos son escépticos sobre nuevos avances antes del plazo de agosto.
“Es posible que se acomoden preocupaciones puntuales, pero el desequilibrio estructural en el comercio bilateral no se resolverá en este plazo, y quizás ni siquiera durante lo que resta del mandato de Trump”, afirmó Liu Weidong, experto en relaciones China-EE.UU. del Instituto de Estudios Americanos en la Academia China de Ciencias Sociales.
Por su parte, expertos estadounidenses advierten que el gobierno de Trump podría estar ganando tiempo para preparar un nuevo argumento legal bajo la Sección 301 de la USTR, en caso de perder en tribunales la justificación actual de sus aranceles.
“El equipo de Trump ya ha recibido varios golpes y está comenzando a comprender que no podrá cerrar otro acuerdo desequilibrado con China”, señaló Ryan Hass, director del Centro John L. Thornton sobre China en Brookings. “China tiene la sartén por el mango con las tierras raras, y no duda en usarla como herramienta de presión.”
Fuente: Reporte Minero