Decreto 44 y salud en el trabajo: programas de alimentación saludable como clave para prevenir inhabilitaciones laborales

La entrada en vigencia del nuevo Decreto Supremo N° 44, que regula la estructura y organización de la Seguridad y Salud en el Trabajo en Chile, está generando nuevas oportunidades para fortalecer la prevención de riesgos en los entornos laborales. Aunque la normativa no menciona de manera específica la alimentación como factor de riesgo, distintas experiencias demuestran que incorporar estrategias nutricionales puede marcar la diferencia, especialmente en industrias como la minería.

Un ejemplo concreto es el programa liderado por el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, que durante 15 meses intervino en una faena minera del norte del país con casi 100 trabajadores inicialmente no aptos para labores en altura. Gracias a un plan integral de diagnóstico nutricional, educación alimentaria y acompañamiento personalizado, el 84% de los participantes logró reincorporarse a sus funciones originales, mejorando su salud y reduciendo significativamente los riesgos asociados al trabajo a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Según Consuelo Burgos, nutricionista del Programa de Salud y Bienestar Laboral del INTA, este tipo de intervenciones son clave para mitigar enfermedades crónicas que afectan a buena parte de la población adulta en Chile:

Más del 75% de los adultos en el país vive con sobrepeso u obesidad, lo que aumenta el riesgo de hipertensión, diabetes tipo 2 y dislipidemias. Estas condiciones pueden dejar a un trabajador inhabilitado para tareas críticas, pero con educación y cambios sostenidos en los hábitos alimentarios, es posible revertir esa situación”, afirma.

Entre los resultados clínicos obtenidos en la faena minera destacan:

  • 64% de los participantes aumentó su colesterol HDL (protector cardiovascular), y el 32% lo normalizó.
  • 58% mejoró su colesterol LDL, con un 30% en rango normal.
  • 79% redujo sus triglicéridos, y un 30% alcanzó niveles normales.
  • El 50% de los hipertensos normalizó su presión arterial.

Estos avances permitieron no solo mejorar la salud individual, sino también reducir reubicaciones laborales, licencias médicas y costos operacionales relacionados con reemplazos y capacitaciones. En palabras de Burgos,

“la alimentación deja de ser solo una recomendación y se convierte en una herramienta concreta de gestión del riesgo laboral”.

El nuevo Decreto 44 entrega un marco normativo robusto para fomentar entornos laborales más seguros, y la inclusión de la alimentación saludable como estrategia de prevención puede complementar de manera eficaz estas políticas. En sectores de alto riesgo como la minería, donde las condiciones extremas exigen una salud funcional óptima, promover hábitos saludables no solo mejora la calidad de vida de los trabajadores, sino que fortalece la sostenibilidad operativa de las empresas.

Así, integrar programas nutricionales en los lugares de trabajo se proyecta como una tendencia clave, alineada con los nuevos estándares regulatorios y con una visión de salud ocupacional integral

 

Fuente; Reporte Minero