Juan Ignacio Guzmán, CEO GEM: “La permisología no es una fantasía, sino un obstáculo tangible”

En una reciente columna en El Mostrador, el experto en economía de minerales cuestionó que autoridades de la presente administración hayan negado la existencia del concepto “permisología” y la implicancia de los actuales permisos en los proyectos de inversión.

En un contexto de desafíos geopolíticos y legislativos, la importancia de la discusión en las reformas a la denominada “permisología”, ha cobrado un nuevo aliento en un año que podría ser determinante, debido a los proyectos que se discuten en el Congreso y que llevan un año de ingresados, sobre todo, la propuesta de Sistema Inteligente de Permisos.

El CEO de GEM Mining Consulting, el académico Juan Ignacio Guzmán, se refirió a este tema en una reciente columna publicada en El Mostrador: “La reciente afirmación del ministro de Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, de que la ‘permisología es un término de fantasía’ merece un análisis más profundo. Lejos de ser una expresión vacía, la ‘permisología’ se refiere en Chile (y Venezuela, donde se acuñó el término en 2008) a la complejidad y lentitud de los procedimientos para la aprobación de proyectos, especialmente en sectores como la minería, la construcción y las inversiones públicas y privadas”, sostuvo.

Guzmán profundizó que “la permisología no es una fantasía, sino un obstáculo tangible (…) cada paso parece diseñado no solo para regular, sino para desgastar la iniciativa”.

En ese sentido, el especialista en economía de minerales apuntó a que los proyectos de gran escala como los mineros se ven particularmente afectados, sobre todo porque requieren inversiones de largo plazo y un capital significativo.  En ese sentido, “la permisología puede retrasarlos años, afectando así su viabilidad y los beneficios que estos proyectos podrían aportar al país y las comunidades locales”, expuso. 

El CEO de GEM recomendó “simplificar trámites, digitalizar procesos y establecer plazos razonables y claros, no arbitrarios ni con intereses políticos (como tristemente se ha hecho con el Proyecto Dominga), para la obtención de los permisos sería un primer paso para transformar la permisología de una pesadilla burocrática a un sistema ágil y funcional”. 

Por último, el experto concluyó argumentando que “decir que la permisología no existe es como afirmar que el viento no sopla porque no lo vemos. Sus efectos están a la vista de todos y, como tal, merecen ser reconocidos y enfrentados con políticas públicas eficaces y sentido de urgencia”.