TotalEnergies y HNH Energy, dos de los principales actores en la incipiente industria del hidrógeno verde en Chile, se encuentran en un momento decisivo. Sus proyectos, que en conjunto suman una inversión de US$ 27 mil millones en la Región de Magallanes, están bajo la lupa del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), y el resultado de estos procesos podría marcar el futuro del sector en el país.
Proyectos bajo presión: Los plazos que definen el futuro
El 29 de agosto es una fecha clave para HNH Energy. Ese día vence el plazo para que la compañía, que impulsa una inversión de US$ 11 mil millones, presente una adenda en respuesta a más de 1.000 observaciones de su primer informe. Este hito es visto por la industria como una «prueba de fuego» que pondrá a prueba la capacidad de la empresa para responder a las exigencias regulatorias y su compromiso de seguir adelante.
Por su parte, el megaproyecto H2 Magallanes de TotalEnergies, con una inversión de US$ 16 mil millones, también enfrenta un panorama complejo. Hoy finaliza la etapa de participación ciudadana tras la publicación de su primer Icsara. Las observaciones de organismos como la Conaf, Monumentos Nacionales y la DGAC, así como los duros reparos de la Municipalidad de San Gregorio, han levantado alertas en el sector. La alcaldesa de la comuna, Jeannette Andrade, manifestó su rechazo a una «evaluación superficial» que subestime los impactos profundos en la vida de los habitantes.
La tensión entre acelerar y asegurar: Un debate en marcha
Las opiniones sobre el proceso están divididas. Desde el sector público, se considera que las observaciones son esperables en iniciativas de esta escala. El gobernador de Magallanes, Jorge Flies, destacó que es normal que un proyecto de esta envergadura genere múltiples preguntas en una primera consulta y que no cree que esto desincentive a los inversores. Flies enfatizó que Chile vive un clima favorable a la inversión, impulsado por la nueva Ley de Permisos Sectoriales.
Sin embargo, desde la industria privada, se percibe una falta de sintonía entre las autoridades locales y los objetivos del gobierno central y regional de consolidar el hidrógeno verde. En un escenario donde siete proyectos están en el SEIA y otros 77 se han propuesto a nivel nacional, la «permisología» y los procesos que se perciben como lentos y engorrosos, están generando preocupación.
Marcos Kulka, director ejecutivo de H2 Chile, se muestra optimista sobre el futuro a corto plazo, proyectando que tres o cuatro proyectos podrían ser aprobados entre este año y principios del próximo. No obstante, advirtió sobre un riesgo real: «si no hacemos las cosas bien, nos entrampemos en procesos interminables de aprobación de proyectos que los hagan inviables y Chile pierda definitivamente esa oportunidad».
El panorama global y el riesgo de quedar atrás
Las decisiones en Chile ocurren en un contexto de reorganización global. Mientras Europa, Estados Unidos y Australia enfrentan una reducción de inversiones y el cese de proyectos, Asia se mantiene dinámica, con grandes iniciativas en India y el auge de China en la producción de metanol y amoníaco.
Kulka subrayó la creciente competitividad de otros países de la región. Brasil, por ejemplo, ha superado a Chile en el ranking de la consultora Hinicio, y Perú ya aprobó un proyecto similar a los de Magallanes.
Salvador Harambour, director ejecutivo de H2V Magallanes, alertó que la «permisología» chilena está haciendo perder competitividad y poniendo a prueba la paciencia de los inversionistas. «Es preocupante que después de años de trabajo y millones de dólares invertidos, no se tenga la certeza de si las respuestas a las consultas serán suficientes», señaló.
En este escenario, la capacidad de los proyectos de TotalEnergies y HNH Energy para superar las evaluaciones ambientales se convierte en un termómetro crucial para el futuro del hidrógeno verde en Chile. El reloj corre, y la industria se juega una oportunidad que, según los expertos, podría ser irrepetible.
Fuente: Reportero Minero